¿Cómo conseguimos una sociedad inclusiva que atiende la diversidad?
Aquí encontrarás información para lograr una sociedad inclusiva desde tu rol como padre y madre.

Beatriz Duda Macera, Presidenta de la Asociación Peruana de Déficit de Atención
Por muchos años se ha relacionado la palabra "inclusión" con "discapacidad". Hoy en día, cuando hablamos de inclusión nos referimos a brindar una educación con calidad y equidad, eliminando las barreras del entorno que impiden que todas las y los estudiantes puedan aprender. Este concepto ha venido desarrollándose con el paso del tiempo; es por eso que ahora incluir significa atender la diversidad, valorar las diferencias grupales e individuales, tener altas expectativas de nuestras/os hijas e hijos, convivir en una comunidad donde nos respetamos y somos solidarios.
Hoy sabemos que cada persona es diferente, con cerebros que funcionan diferente y con distintas formas de aprender, cada uno con fortalezas y dificultades propias.
El Ministerio de Educación del Perú defiende que nuestras escuelas sean inclusivas; es decir, que sean espacios generadores de oportunidades de participación y aprendizaje para todos/as los y las estudiantes, en un clima donde prime el respeto y la solidaridad. Para ello, desde nuestro rol como padres y madres debemos acompañar a nuestras/os hijas e hijos en el proceso de generar estructuras propias internas, cognitivas y socioafectivas, para que logren el máximo de sus potencialidades pero también para que aprendan a convivir en una sociedad diversa e inclusiva, que respeta y valora las diferencias individuales y grupales.
Para lograr esto hay que incidir en tres aspectos: las prácticas, políticas y culturas inclusivas.
- Las prácticas son los recursos y estrategias que se utilizan para que todos los estudiantes tengan la oportunidad de mostrar su potencial.
- Las políticas marcan metas, objetivos y valores que deben trabajarse en la comunidad educativa.
- La cultura se refiere al clima social que debe darse en la institución educativa; debe ser un espacio donde los y las estudiantes se sientan bienvenidos, acogidos, respetados y validados.
¡Esto nos ayudará a conseguir aulas cada vez más inclusivas! Promover la aceptación de la diversidad como algo natural fortalecerá la ruta de conseguir una convivencia respetuosa, donde todos y todas aportemos y consigamos justicia y solidaridad.
Si personas diferentes viven juntas en una sociedad diversa, la mejor opción educativa es que esas personas distintas se eduquen juntas, así todos/as los y las estudiantes se conocen, se respetan y valoran sus diferencias de forma natural y espontánea.
Desde nuestro rol como padres y madres, que acompañamos el proceso de nuestras hijas e hijos, es importante dialogar con los maestros y las maestras sobre las mejores estrategias para acompañarlos y ser un equipo sólido en el que todos y todas remamos hacia el mismo objetivo: lograr una educación para todos y todas con calidad y equidad.